Finlandia, ese país que supo sacar la política de la
educación, ha puesto en marcha una campaña para denunciar cómo están afectando los estándares actuales de belleza a los niños y jóvenes. Es un problema que
nosotros compartimos también. Los influencers,
los filtros de imágenes y la omnipresencia de las redes sociales afectan de
forma grave y creciente a la autoestima de los niños y a la percepción que
tienen de su aspecto físico.
Una muchacha bella
es hoy una imagen virtual con el rostro recauchutado; bellos son los modelos e influencers a quienes sus seguidores nunca
han visto en realidad; bellos son los héroes y heroínas de los videojuegos, con
sus ojos gigantescos y sus cuerpos imposibles. Y el niño o la niña normales -los que llevan aparato de ortodoncia y les salen granitos- son, sin más, feos. Pero no lo viven a la manera
tradicional, porque siempre existieron los complejos, sino peligrosamente expuesta a las
burlas de millones de desconocidos.
La edad media de inicio de las operaciones estéticas es ya de
26 años y bajando; hay quien regala a sus hijas la rinoplastia o el aumento de
pechos a los 18; cada vez se ven más caras jóvenes estandarizadas, con las
mismas narices y los mismos cuerpos. Cada vez son más los chicos y chicas que
quieren parecerse a sus propios selfies
tratados con filtros. Y a quienes su imagen real, la que les devuelve el espejo del baño, les
resulta intolerable.
Ahí, en la autoestima de nuestros hijos, enseñándoles a
apreciar su individualidad y a proteger su intimidad, debemos estar a pie firme
los padres. Esa es nuestra verdadera batalla, mucho más perentoria que
la supervisión de las actividades escolares.
Soy maestra y tengo 50 años. Al leer tu artículo me he sentido identificada con lo que últimamente ocupaba reflexiones en mí. Estoy muy de acuerdo. Es verdad que esto ha hecho en algún momento hasta tambalear mi propia imagen, viendo a mujeres de mi edad que tienen esos cutis, senos, abdomen... Luego me miro yo al espejo y no me gusto. Soy deportista, alegre y vital pero claro, en estética soy normal y natural. Creo que las mujeres debemos trabajar para defender nuestra dignidad de hacernos mayores, vivir con alegría el paso del tiempo y no soportar o cuestionar todos los mensajes que invaden las campañas publicitarias, el cine... Pienso que la sororidad entre nosotras es fundamental.
ResponderEliminarImagino que esto que podemos llegar a sentir mujeres maduras es aún más nocivo y más difícil de digerir en adolescentes y niñas si no te ajustas a la belleza establecida por la moda de turno. Nos queda mucho trabajo con nuestras hijas y también con nuestras alumnas, porque de alguna manera podemos ayudar y no valorar siempre lo normotípico.
No puedo estar más de acuerdo contigo. Y creo que es una verdadera tarea que las mujeres tenemos por delante: la de querernos y aceptarnos como somos en cada momento de la vida. Para ti, como maestra, un reto porque cada día eres el referente para tus alumnas y tus alumnos de lo que es una mujer adulta.
ResponderEliminarGracias, Toñi, y mucha suerte.