En 2011 la educación española dispondrá de unos 1800 millones de euros menos que en 2010. Los recortes afectarán especialmente a los sueldos del personal docente, pero también se reducirán los gastos en transporte escolar, becas universitarias, formación del profesorado, infraestructuras, actividades extraescolares, libros de texto, gastos administrativos, etc. Unos 1600 millones corresponden a los presupuestos de las comunidades autónomas y el resto al Ministerio de Educación. Se debe a la crisis, dicen. O a la exigencia de los mercados, a los que preocupa tanto el déficit, la deuda, la reforma de las pensiones, el ajuste fiscal, el mercado de trabajo, y no esas cuestiones tan secundarias para ellos como la educación pública, la sanidad o a justicia, que sí deberían preocupar, y mucho, a nuestros gobernantes.
Entonces, si son los mercados los que nos gobiernan, los que dictan qué hay que hacer, ¿por qué debemos mantener a tantos políticos y asesores en ayuntamientos, diputaciones provinciales, parlamentos autonómicos, comunidades autónomas, congreso de los diputados, senado, parlamento europeo, gobierno...?
Un octogenario, héroe de la segunda guerra mundial, acaba de publicar en Francia un libro llamado Indignez-Vous (Indígnate) que se ha convertido en un best seller, en el que anima a decir no a ese poder sin rostro que nos acosa, y a sacudirse la somnolencia que nos tiene narcotizados. Tiene razón. No se puede reducir el presupuesto para la educación y mantener las retribuciones de lujo de miles de "asesores". Indígnate.
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