El próximo 16 de noviembre participaré en el evento Gestionando hijos. Este es el enlace.
Gestionando hijos
Y esta es la entrevista en la que anticipo lo que intentaré aportar.
1. Tendemos a
pensar, hablar y debatir sobre la educación que damos a nuestros hijos, pero
¿nos olvidamos de todo lo que ellos pueden enseñarnos a nosotros?
Así es. Con frecuencia nos olvidamos de que nuestros
hijos son personas plenas y absolutas, distintas a nosotros desde el principio
de su vida. ¡Nos olvidamos incluso de cuánto nos quieren ellos a nosotros!
Siempre tenemos en cuenta nuestro sacrificio, todo lo que hacemos por ellos y
lo que estaríamos dispuestos a hacer, y perdemos de vista cuántas cosas nos
perdonan y todo lo que hacen ellos por nosotros, como poner en nuestras manos
su confianza absoluta. De una persona que mira el mundo por primera vez se
puede aprender mucho. Es cuestión de escuchar sus sentimientos y reflexiones, y
no simplemente “lo que les apetece” o “lo que han hecho”.
2. Tu ponencia
en nuestro próximo evento de Gestionando Hijos se titula “Lo que nuestros hijos
nos enseñan”, ¿qué aprendizajes destacarías sobre lo que has aprendido desde
que eres madre?
Mis hijos, con sus diferentes caracteres, me han
asombrado siempre, y por supuesto ahora que son adultos directamente me guían.
Responder a sus requerimientos, entenderlos, disfrutar de verlos crecer, ha
sido el más feliz aprendizaje de mi vida. De mi hijo mayor he aprendido a
profundizar en lo que me rodea, una conexión con la realidad- como un mindfulness- que él tiene de manera
natural desde muy niño; del menor, he aprendido la resiliencia, porque él se
rearma siempre con calma después de un problema, tiene una inmensa libertad
interior y, en mi fuero interno, lo llamo “el maestro zen.” De ambos, he
aprendido a protestar, es decir a no aceptar lo inaceptable. He aprendido
también que, como todas las personas, no “se parecen” a nadie, y esa es la
premisa para aceptar que tienen muchas cosas que enseñarte.
3. Te dedicas a
la docencia, por lo que tu vida está (y ha estado) rodeada de niños y niñas,
¿esto te hace ver la vida desde otra perspectiva?
Ser maestra es un privilegio absoluto, un regalo que
la vida me ha hecho. Conocer a las
personas en el momento en que descubren el mundo, formar parte de ese
descubrimiento abriendo las ventanas del conocimiento, convertirme en parte importante
de su biografía… ¡Enseñar a leer! Increíble. Un privilegio, no se me ocurre otra
forma de llamarlo. Cada día, literalmente, vivo en la escuela momentos de una
belleza que no se puede ni explicar.
4.
¿Qué mensaje quieres enviar a los padres,
madres y docentes a través de tu ponencia?
Precisamente, que tener hijos es un privilegio. Me
preocupa que empecemos a verlo como un problema, una limitación o un cansancio.
Los años más felices de la vida son cansados, sí. Y no viajas tanto, ni vas
tanto al cine, es verdad. ¡Pero tienes el mayor espectáculo del mundo en tu
propia casa! Hay allí una niña o un niño que sienten por ti un amor
incondicional, que esperan tu amor y necesitan tu capacidad de educarle bien. La
belleza no es estática, se mueve, corre y grita. La belleza es la infancia.
5. ¿Estamos
cerrados los adultos a seguir aprendiendo y disfrutando como niños?
Me parece que aprender y disfrutar no es patrimonio de
los niños. Nosotros podemos aprender y disfrutar como padres, como adultos. Lo
que nuestros hijos necesitan es, precisamente, que seamos adultos. Abiertos,
curiosos, alegres, risueños, con sentido común, con sentido del humor, con
paciencia y con ganas de estar con ellos, pero adultos. Los padres
infantilizados son algo artificial y extraño porque no son niños ya, les falta autenticidad.
6. Hablamos
mucho sobre la importancia de la conciliación porque los padres necesitan tener
tiempo para la familia, pero muchas veces se nos olvida la importancia de que
los niños pasen tiempo con sus padres. De esta manera, tenemos niños
sobresaturados de extraescolares para paliar el tiempo en el que los padres
trabajan. ¿Crees que si la sociedad pusiera más el foco en los niños, temas
como la conciliación laboral estarían más superados?
La falta de conciliación me preocupa muchísimo porque
veo sus efectos en la vida de muchos niños. Y también veo los efectos del
agotamiento de los padres, de su necesidad de tiempo libre también. Es un
problema social gravísimo que, sin que nos demos cuenta, está transformando el
panorama demográfico y social.
Y la niñera electrónica, esa Mary Poppins
con forma de tablet o teléfono, directamente me parece un experimento cuyas
consecuencias veremos, en unos años, con auténtico dolor. Espero no ser
catastrofista, es que la ausencia de los padres en la vida de sus hijos,
incluso cuando están todos juntos, me preocupa de verdad.
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