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Bienvenidos a esta sala de profesores. Gracias por compartir conmigo las ganas de pensar sobre educación.



sábado, 11 de junio de 2011

25 AÑOS DE LA FAD

La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) acaba de cumplir veinticinco años de trabajo valiente contra el consumo de drogas. Para mí es un honor considerarlos amigos y colaborar con ellos en el jurado del premio Acción Magistral.
Ignacio Calderón, director general de la FAD, plantea para el futuro una nueva propuesta de actuación: desplazar el foco de atención de las sustancias a la persona.
La FAD plantea este cambio de paradigma basándose en algunas premisas evidentes:
  •    Siempre va a haber drogas y debemos aprender a convivir con ellas y con sus enormes riesgos, lo que no significa aceptarlas.
  •     Aunque perviven los estereotipos de la época en que la heroína, con sus secuelas de marginalidad, era la sustancia predominante, hoy los drogadictos son gente completamente diferente.
  •  Los consumidores son conscientes de los riesgos, pero éstos se ven matizados por los beneficios. De hecho, el mayor riesgo que los jóvenes temen es la exclusión del grupo, y este excluye precisamente a quien no consume. Divertirse es consumir dice la sociedad a la gente joven.  A los adultos también.
  •  No es lo mismo un consumo habitual que otro esporádico y experimental. Tampoco son iguales todas las sustancias. Todas entrañan riesgos pero mantenerlas a todas en el máximo nivel de amenaza dificulta las acciones preventivas y educadoras.
  •  Consumir no es igual que tener problemas. Los porcentajes de consumidores no pueden utilizarse como único indicador. Si enviamos sólo el mensaje de que “todos los jóvenes se emborrachan”, conseguiremos que quien no lo hace se sienta un auténtico bicho raro.
  •   Consumir es una decisión personal, relacionada con el ámbito ético, no con razones biológicas. Debemos volver a poner a los jóvenes en el centro de su responsabilidad vital, devolverles la condición de sujetos responsables de su vida. En el consumo de drogas como en los resultados académicos y en tantas otras cosas.
  • Los problemas no son sólo sanitarios. Las principales consecuencias se dan en el ámbito de lo social. Todos los docentes saben que tras las cifras de fracaso escolar están también los botellones.
  • No puede darse el mismo tratamiento a las sustancias legales y a las ilegales.
  •  El objetivo debe ser que se consuma menos, que el inicio se produzca más tarde, que se prolongue durante menos tiempo, que se haga con menos riesgo, que tenga menos importancia en la vida de las personas.
  •  Los jóvenes no son los únicos que consumen y no son tan diferentes de sus padres.
La invitación a desplazar el foco de atención de las sustancias y sus riesgos a cada persona individual contiene un valor profundamente educativo, el de la responsabilidad propia, el respeto hacia uno mismo, la reflexión previa a la toma de decisiones, la jerarquía de valores. De estas propuestas de la FAD pueden surgir nuevas iniciativas para la acción tutorial en los centros educativos. Nos invitan a sistematizarlas en programas y contenidos para el trabajo en el aula.
Para todos los miembros del extraordinario equipo de la FAD, felicidades y muchas gracias.

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