El 7 de septiembre de 1982, cuando acababa de cumplir
veintidós años, a Manuela Pinto le dijo el doctor que nunca podría tener hijos.
No sé qué malformación… El caso es que no
había más solución que una operación bastante seria seguida de un tratamiento
químico. Manuela acababa de casarse, había
soñado siempre con ser madre y lloró desconsolada la pérdida de sus sueños. El médico
le entregó al salir un informe en el que había escrito con enormes letras
picudas: Manuela Pinto, estéril.
El 7 de septiembre de 1982, cuando acababa de cumplir
veintidós años, Ilse Heeger vio cómo un joven intentaba saltar el muro que
separaba en dos la ciudad de Berlín. Se llamaba Klaus, era dependiente de una
farmacia y ella lo conocía de toda la vida.
Ilse pasaba por allí y presenció la ráfaga de disparos. Instintivamente
corrió hacia el muchacho que estaba tendido en la acera, acribillado. Un policía
de la Stasi la llevó a comisaría,
donde la interrogaron. Entonces fue
cuando Ilse comprendió que aquel muro
que dividía su ciudad la había encerrado en una cárcel.
Aquella misma tarde, Manuela Pinto se enjugó las lágrimas y
se dijo a sí misma: Yo tendré hijos.
Cuando Ilse Heeger llegó a casa controló su temor y se dijo a
sí misma: Yo tendré libertad.
Manuela Pinto convirtió su propósito en un manantial de
esperanza. Durante siete años pasó por operaciones y tratamientos. Consiguió quedarse embarazada y
perdió el embrión a las pocas semanas. Lo volvió a conseguir pero solamente
pudo gestarlo durante tres meses. Sin embargo sabía que estaba cada vez más
cerca de su hijo. Tenía fe. Se acostumbró a levantarse después de las caídas.
Ilse Heeger convirtió su propósito en un manantial de
esperanza. Durante siete años se reunió en la clandestinidad con los activistas
que luchaban contra la tiranía. Uno tras otro los vio caer. Sin embargo, por
cada compañero muerto junto al muro, diez más se unían a la lucha. Sabían que
estaban cada vez más cerca de la libertad. Tenían fe. Se acostumbraron a levantarse
después de las caídas.
El 9 de noviembre de 1989 nació el primer hijo de Manuela
Pinto. Un varón precioso y sano. Desde
aquel día ella supo que la voluntad humana puede más que el destino.
El 9 de noviembre de 1989 cayó el muro de Berlín. Ilse Heeger
supo desde aquel día que la voluntad humana puede más que cualquier tirano.
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