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Bienvenidos a esta sala de profesores. Gracias por compartir conmigo las ganas de pensar sobre educación.



domingo, 20 de septiembre de 2015

Un grupo cualquiera de Whatsapp...





-Por fin voy a estar en primero de Primaria. Me encanta ese curso. ¡Es el de enseñar a leer! Siempre me ha parecido que hay pocos honores semejantes en la vida de una persona. No creo que haya ninguna otra profesión en la que se signifique tanto para tantas personas a la vez y durante un periodo de tiempo tan prolongado. Esto de la docencia es una maravilla.

-Yo no tengo ni idea de a dónde voy. No han salido aún las vacantes pero me temo lo peor. Tiene guasa que con una nota cercana al 9 en las oposiciones, me toque de nuevo la lista de interinos. Es que no han salido apenas plazas y llevamos así no sé cuántos años. Desde el aula sabemos bien cuánta falta hace aumentar el número de profesores.

-No puede ser. ¡Si eres la mejor maestra del mundo! ¡Si nos has dado lecciones a todos!

-Pues ya ves, compañero. Atraer a los mejores profesionales a la docencia, lo llaman. Y luego te examinan con un sistema que debió de inventar Napoleón.

-Oye, que los de primero son veinticinco y seis vienen sin escolarizar. ¡Madre mía! Los de Infantil suben en plan nubosidad variable: algunos leyendo, otros aún dando sus primeros pasos… Seis sin escolarización previa me parecen demasiados. No tenemos profesores de apoyo. Lo suyo sería desdoblar pero…

-Eh, compañeros, no admito quejas. A sexto acaban de llegar dos niños que no hablan castellano y a los que la comisión de escolarización ha enviado aquí en vez de a un aula de enlace. Y la prueba CDI está asomando ya los bigotes.

-Pero tú tienes profesor de compensatoria en el centro, ¿no?

-Relativamente. Se van a casar dos compañeras con dos semanas de diferencia. Dos permisos justos, pero como la administración, aunque autorice estas ausencias, no manda sustitutos, el profe de compensatoria tendrá que estar un mes como tutor de esas dos clases. Cuando queramos atender a estos chicos estaremos preparando la función de Navidad.

-Ya veo que cunde el desánimo.

-¿Desánimo? ¡No! Estamos poniendo en marcha el aprendizaje por proyectos. Nos matamos a reuniones de coordinación pero estamos entusiasmados. Nos han contagiado las de Infantil y vamos a ponernos las pilas en todo el colegio.

-Nosotros estamos aplicando ya el aprendizaje cooperativo. Es un cambio de mentalidad, nos empuja a hacer cosas que nunca habíamos hecho pero como la tarima ya murió hay que convertirse en profesionales de los nuevos tiempos.

-Nosotros también innovamos. Y acogemos, compartimos, reímos, sufrimos. Este año el objetivo es incorporar más y mejor a las familias. Y lo vamos a conseguir.

-Oíd, Primaria, desde el Instituto os apoyamos. A ver si va a parecer que aquí no hay dificultades.

-La nueva Ley, ¿verdad?

-Sí, un caos organizativo y un curso cuyos días lectivos comienzan sin que haya habido tiempo material ni de elaborar los horarios. Mucha incertidumbre y pocas expectativas de que todo este esfuerzo de adaptación vaya a tener continuidad.

-¿Y los nuevos libros? ¿Los habéis visto? El salto entre los cursos LOE y los LOMCE es casi insalvable. ¿Qué vamos a hacer?

-Seguir a los chicos que nos han tocado en suerte, como siempre. Dar el callo nosotros y sacar de ellos todas sus posibilidades.

-Entonces, ¿tampoco hay desánimo en la ESO?

-Lo que hay es indignación, pero desánimo no. Aquí se trabaja con la esperanza.

-Yo mantengo la esperanza de que podamos seguir jubilándonos a los sesenta. Me encuentro cascadillo.

-Estás hecho un chaval, pero la renovación es necesaria siempre. Y en este gremio, más.

-¿Qué queréis que os diga? ¿Qué me hace ilusión que devuelvan la extra aquella del año catapún? Cuando cierro la puerta del aula no hay recortes. Ahora, en cuanto paro un momento veo hasta qué punto se ha castigado y se sigue castigando a la escuela pública. Ya sabéis dónde trabajo yo. Nos sentimos asfixiados, mi centro se va a terminar convirtiendo en una especie de “reserva” entre privilegiados.

-Falta consenso, la educación está dividida por la intervención política.  Hace falta un pacto sobre los requisitos mínimos para la mejora de la educación y un compromiso de mantener la estabilidad. Así encontraría de nuevo la escuela pública su papel de referencia.

-Pero mientras llega o no ese pacto, nuestro desafío, como cada septiembre, es ético e inapelable. El centro debe ser la unidad educativa por excelencia; nosotros como claustro, un referente personal y profesional; el equipo directivo, un catalizador de ideas. La respuesta está en todos nosotros.

-Y la daremos alta y clara, como siempre. ¿Quién lo duda?

-Suelto el móvil ya, que va a sonar el timbre de entrada. Allí veo a mis alumnos y alumnas de primero. Yo soy su maestra. Mantener a cada uno de estos niños concretos en el corazón del proceso educativo es mi gran reto de este curso y de siempre.

-Pues muy feliz curso nuevo, profe.

-Feliz curso nuevo a todos.

2 comentarios:

  1. Brillante post, Carmen. Te deseo todas las satisfacciones en el nuevo curso.

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  2. Mil gracias, Pedro. Como siempre, te sigo con admiración por tu valentía y lucidez. Un fuerte abrazo.

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