BIENVENIDOS

Bienvenidos a esta sala de profesores. Gracias por compartir conmigo las ganas de pensar sobre educación.



martes, 7 de diciembre de 2021

Tradiciones familiares que crean recuerdos

 


Aunque con frecuencia escuchamos decir que la familia es un valor, la familia es, sobre todo, una realidad humana, psicológica y social. Como tal, encierra muchos valores, por eso lo que debemos conocer es qué valores transmitimos como familia y sobre qué valores se establece nuestra convivencia. Parte de estos valores se nutren de herencias recibidas de nuestros mayores, tradiciones y costumbres que se fusionan y amplían de una generación a otra y constituyen una “personalidad familiar”.

Muchas tradiciones familiares están relacionadas con la navidad, que es sin duda la gran fiesta de la convivencia entre generaciones. Gastronomía, ritos relacionados con lo religioso o con lo festivo, decoración de la casa, música, viajes y hasta formas concretas de vestir “vuelven a casa por navidad”, las esperamos y, sin darnos cuenta, a través de ellas vamos creando en nuestros hijos e hijas el sentimiento de pertenencia a un grupo, y la certeza de ser eslabones en la cadena de su familia. Ambas cosas, pertenencia y consciencia del pasado, son imprescindibles para ellos.

Durante los años de su infancia y adolescencia, nuestros hijos e hijas deben pasar de estar centrados principalmente en la familia a vincularse con más intensidad a los amigos primero, al amor y al entorno propio después. Antes de que nos demos cuenta serán ellos mismos- su proyecto, sus relaciones presentes, sus retos individuales-quienes protagonizarán su vida. Deberán tomar conciencia explícita de quiénes son, y decidir libremente sobre su presente y su futuro. ¿Y nosotros? Pues nos quedaremos en casa con los ojos abiertos de par en par preguntándonos: “¿Ya se acabó el jaleo? ¿Va a estar siempre ordenada su habitación a partir de ahora?” En cualquier caso, cuando son pequeños y cuando vuelan libres sienten la necesidad de pertenecer a algún grupo. Por eso es fundamental que perciban sus raíces- que estén arraigados-  y que valoren la memoria, las tradiciones, sus recuerdos de infancia. Que sepan que dentro de ellos y en sus padres existe un “corazón calentito” al que volver.

Los días de navidad nos proporcionan algo más de tiempo y oportunidades para el ocio y las aficiones compartidas. Los ritos de estas fiestas son un tesoro lleno de códigos que van pasando de padres a hijos, y constituyen uno de los mayores privilegios de la vida de familia. Por eso es importante que cuidemos su clima, que no los estropeemos llevados por la excitación o el enfado de un momento.

Es importante recordar que las tradiciones familiares también son orales. Los días de navidad necesitan cariño en las palabras. Ellas explican el mundo de quien las dice, y por tanto tienen un gran impacto en los sentimientos de quien las escucha. Hablar en casa sobre las tradiciones refuerza las relaciones con los hijos. Si en las conversaciones de estos días empleamos los trucos de nuestro lenguaje familiar, la experiencia será siempre positiva. Tal vez hace tiempo que no aludimos a esa frase hecha que solo nosotros entendemos, a ese chiste que solo nos hace gracia a nosotros, al refrán súper pasado de moda, al villancico en el que le pasan a San José muchas cosas chuscas, a las frases memorables del abuelo, a las expresiones anticuadas que nuestros hijos no se atreverían a decir en público pero conocen porque son “de casa”, tal vez herencia de dos o tres generaciones. Vamos a volverlas a traer. Son vínculos comunicativos que siempre tendremos establecidos. Es dulce comprobar, cuando se hacen adultos, que aún las recuerdan.

No necesitamos ser empalagosos pero debemos habituarnos a expresar más las emociones y sentimientos positivos que producen nuestros hijos sobre nosotros. Durante toda la temporada de vacaciones, que no se nos olvide decirles al menos una vez al día cuánto los queremos. El “yo a ti también” es un regalo siempre maravilloso.

Existe la vitamina F, de familia, y es muy necesario tomarla para el crecimiento interior. Se sintetiza al dialogar mucho con los hijos, al revivir y compartir los recuerdos familiares, al poner juntos el belén, comprar otro molino y dos pastores, adornar el árbol con mucho brilli-brilli, cantar con el soniquete de la lotería, ver la película vieja y cansina de todos los años, hacer mazapán casero y que se chamusque como siempre. También al ayudar a poner una mesa preciosa, comer el pavo trufado de la abuela, jugar al escondite con los primos, comprar un regalo y esconderlo, inflarse a polvorones, reír con las inocentadas, atragantarse con las uvas, emocionarse en la cabalgata y desayunar roscón, es decir, al revivir un año más lo que cada uno de nosotros tenga como rito y costumbre. Padres y madres somos, lo seremos siempre, el puerto seguro de la vida de nuestros hijos. Por eso debemos esforzarnos en que sea verdaderamente seguro, confiable, no voluble, ni indiferente, ni permanentemente enfadado. Que sea reconocible, personal, distinto al de las demás familias y a la vez incardinado en lo que es común a la humanidad. Es muy bello ser un refugio, lo apreciaremos en el lapso de muy pocos años.

¿Qué tradición deseamos mantener? Sea cual sea, la navidad nos proporciona una maravillosa oportunidad: la de hacer cosas juntos, que es el secreto de la felicidad familiar. 

Seguro que todos conocemos el villancico que dice:

La nochebuena se viene,

la nochebuena se va,

y nosotros nos iremos

y no volveremos más.

Pues eso. Vitamina F de familia, suplemento R de recuerdos. Estos días, en buenas dosis.

 

 

 

 

miércoles, 1 de diciembre de 2021

UN AGRADECIMIENTO Y UNA REFLEXIÓN

 

                  

EL AGRADECIMIENTO

Es profundo, y va para Jesús Alcalá, decano de la Facultad de Educación de la Universidad Francisco de Vitoria, todo el equipo de la UFV y sus maravillosos alumnos, por su invitación a celebrar el Día del Maestro con una presentación de la novela La Ventana y un coloquio  Todavía estoy emocionada por haber escuchado párrafos del libro en la lectura apasionada de los futuros maestros, y por la profundidad de sus preguntas.

En mi voluntad, ese libro estaba dedicado precisamente a los estudiantes de Magisterio, y ayer ese deseo se hizo realidad. Muchísimas gracias. Nunca lo olvidaré. 


LA REFLEXIÓN

 Va destinada a los padres y madres de adolescentes. Es esta:

 



CINCO HORAS EN INSTAGRAM, TRES EN TIK-TOK… ¿CÓMO ES POSIBLE?

 

Si no para en todo el día, si lo llevo y lo traigo a los deportes y extraescolares... ¿Cómo es posible que el historial del móvil de mi hijo registre ese número de horas en redes sociales?

La respuesta está en el vamping. Se denomina así a un uso excesivo de Internet durante la noche. Sí, ahí en su habitación, con la puerta cerrada y la luz apagada, el smartphone roba el sueño a nuestros hijos e hijas adolescentes.

Quizá no nos hayamos dado cuenta pero ya no lee, tarda más en hacer los deberes, tiene mucho sueño por las mañanas, rinde menos en el colegio, está muy distraída… Su cita nocturna con el vamping contiene a sus amigos, claro, pero también contiene riesgos enormes. Los conocemos, quizá no haga falta nombrarlos pero ahí van algunos: la pornografía, el sexting, el acoso escolar, el abuso, la incitación a la anorexia, los retos de riesgo… ¿Seguimos?

El consumo excesivo de Internet es consumo del tiempo de nuestra vida en asuntos que muchas veces son estupideces y ni nos van ni nos vienen. La respuesta debe ser familiar y consiste en el ayuno digital. De lunes a lunes, incluidos los fines de semana y las vacaciones, a partir de las nueve de la noche- o de la hora súper temprana que os parezca mejor- los móviles de nuestros hijos deben estar apagados y en nuestro poder. Habrá que aguantar enfados y malas caras, pagaremos el peaje de tener apagado también el nuestro, o al menos de no emplear nosotros tiempo en nuestras redes hasta que no se duerman. Seremos padres “feroces, injustos y espantosos”, pero no para siempre. Tal vez recuperemos tiempo para la familia, para vernos y escucharnos. Ellos estarán más despiertos y atentos en clase. Y los vamos a rescatar de los colmillos del vamping.

“No malgastes tu tiempo viviendo la vida de otro” es una de las paradójicas y míticas frases de Steve Jobs. Nos la dice a nosotros, claro.

He puesto al smartphone un temporizador para mis horas de navegación, y la alarma siempre me sorprende: "¿Ya llevo tanto tiempo dando vueltas a nada?"

Para celebrar mi primera semana con temporizador fui ayer a la biblioteca municipal, que está al lado de casa, y me saqué dos libros. Uno en ruso, porque yo quería aprender ruso antes de que este aparatito devorara mi tiempo. Media página llevo.

Es un reto, casi un entrenamiento olímpico. ¿Nos atrevemos?

Preparados, listos, ya.


martes, 23 de noviembre de 2021

ONIROS

 



Los sueños no son clave

ni expresión ni proyección

de la vida de vigilia.

Son capítulos de una aventura

que el ser humano,

despierto o dormido,

vive siempre.

Inicio del libreto de la ópera Oniros, de Alberto Arroyo

 

El domingo 29 de noviembre se estrena la ópera Oniros, del compositor español Alberto Arroyo, en la sala central del Conservatorio de Música de Dresde. Tengo el honor de ser la autora del libreto

Quisiera compartir con vosotros la historia que cuenta esta ópera y algo de su música y escenografía.

 


                                                                                 Decorado de Oniros, Konzertsaal, Hochshule fur Musik, Dresden


Oniros, el protagonista, es una figura casi mitológica, un semidiós que porta el espejo donde cada uno de nosotros ve reflejados sus sueños. No solo aquellos que habitan en los laberintos de nuestra consciencia, sino aquellos en los que la imaginación y la memoria nos aseguran que es posible una vida más plena y un mundo mejor. Por eso, en el primer acto de la ópera, Penélope se ve a sí misma en el espejo, abrazando ya a su esposo Ulises. En el segundo acto, el senegalés Diambar, antes de echarse al mar, se sabe ya ciudadano de una tierra sin hambre. Y en el tercer acto, Filoniros, el filósofo que estudia los sueños, se observa en el espejo como dueño ya de todas las respuestas.

                                                                                     Penélope reflejada en el espejo.


Sin embargo, el espejo de Oniros contiene una cualidad terrible: quien se queda dormido frente a él nunca sabe al despertar si ya está despierto o sigue dormido. No sabe en qué lado del espejo se encuentra, y vivirá obsesionado por una pregunta: ¿es real la dimensión en que se desenvuelven la imaginación y la memoria?

 

El epílogo habla del momento presente, cuando una amenaza insólita se cierne sobre los sueños. Hoy las máquinas nos conceden todos los deseos de forma instantánea. ¿Necesita imaginación y memoria quien obtiene en el acto todo lo que desea?

 

Por eso la última frase de la ópera- cantada por Filoniros, que ha descubierto el secreto de su origen- viaja como un eco hacia nosotros: “¿Qué será de la humanidad a partir de ahora?”

 

Oniros es una auténtica ópera, y por eso le sucede lo mismo que a todas: lo más flojo es el libreto. La música de Alberto Arroyo es extraordinaria. Si tuviera que definirla, diría que es profunda, expresiva, suntuosa y sencilla a la vez, contemporánea y con un destello de eternidad. Aquí puede escucharse un fragmento. Me llama especialmente la atención esa taquicardia de latidos de los instrumentos de percusión.

 




Alberto Arroyo (Barcelona, 1989) es uno de los compositores más influyentes y con mayor talento de su generación. Como el verdadero artista que es, su música apela directamente al alma y es perfectamente reconocible, que es quizá uno de los signos más claros de los grandes compositores.

 

Conocí a Alberto hace muchos años, cuando era casi un niño y el mejor amigo de mi hijo mayor. Incluso entonces sabía ya que sería músico. En estos años lo he visto trabajar y esforzarse para conseguirlo, estudiando en Madrid, Zaragoza, Boston y ahora Alemania, donde vive. Fue el compositor más joven en obtener el Premio Nacional de Jóvenes Compositores, y tiene decenas de reconocimientos. En este enlace puede conocerse más sobre su vida y su obra.

                                ALBERTO ARROYO, COMPOSITOR


Le admiro profundamente como artista y como persona. Aún recuerdo su alegría de niño el día que descubrió que Arroyo en alemán se dice Bach. Se sintió predestinado. 

Su invitación a escribir el libreto no estaba en mis propios sueños. Quizá la ópera habla de ellos porque Oniros ha unido sus sueños como compositor y los míos como escritora y amante de la ópera.

 

Mi mayor reto al escribir fue la sinceridad, porque dentro de la música no puedes esconderte, ni hay lugar para los trucos y las mentiras. La música siempre dice la verdad. Quizá lo más sorprendente fue colaborar con el traductor al alemán y descubrir las enormes diferencias de estructura y matices entre nuestros dos idiomas.

 

Oniros expone retos del ser humano con el lenguaje de la música contemporánea y la colaboración de cantantes y escenógrafos de primer nivel, unidos al rigor, la exigencia y la calidad del Conservatorio de Dresde. Para mí ha sido un honor inmenso formar parte de esta aventura.


lunes, 15 de noviembre de 2021

Abuelos



                            


He tenido la alegría de participar en el programa dedicado a los abuelos en la serie “A mi yo adolescente”, de RTVE. En este enlace se puede encontrar buena parte de la conversación que tuve con los jóvenes invitados. Eran personas extraordinarias y disfruté muchísimo con sus reflexiones y su compañía.

 Los abuelos son la dinamo de la infancia, el eslabón entre nuestra presencia temporal y la historia de la humanidad. Pero no es sencillo definir su acción. Existe una campaña para que la Real Academia Española acepte el término abuelidad, creado en 1980 por la médica argentina Paulina Redler para denominar la cualidad de ser abuelo o abuela y los efectos del vínculo con los nietos.

Desde el principio de la historia y hasta hace poco tiempo, las generaciones de una misma familia solían convivir juntas, con varios núcleos familiares en la misma casa, y compartían tarea y sustento. En ausencia de instrucción escolar, los abuelos y abuelas acumulaban la sabiduría vital. Los Consejos de Ancianos jugaban un papel importante en lo judicial y en lo religioso, las abuelas eran matriarcas que aglutinaban a toda la familia y ejercían la autoridad moral. A unos y otras se les consideraba investidos de un carácter sagrado: el de la vida que resistía el paso del tiempo. Eran, claro está,  ancianos y ancianas que apenas sobrepasaban los cincuenta años. La Gerusía de Esparta solo admitía como miembros a quienes hubieran alcanzado la increíble edad de sesenta años. Mucho más cerca, resulta impactante leer en la novela La Regenta (publicada en 1884) que la protagonista ha abandonado definitivamente la juventud. ¡Y tiene veintinueve años! Este comienzo temprano de la vejez perdura hasta el siglo XX, cuando el enorme avance de la medicina permitió prolongar la esperanza de vida. Hoy el umbral de la tercera edad está en los 65 años, lo cruzan personas llenas de vitalidad y en estupendas condiciones físicas, y hablamos ya de “cuarta edad”. La cobertura económica de las pensiones de jubilación permite a la mayoría de los abuelos cubrir de forma autónoma sus necesidades, aunque esta independencia traiga asociada para algunos la merma de la relación familiar e incluso la soledad.         

En nuestro siglo XXI, y en Occidente, padres y madres adoptan indistintamente los roles del cuidado, se da con frecuencia la separación de la pareja, aumenta el número de familias con un solo progenitor, la economía aprieta y volvemos al “compartir casa y mesa” de las generaciones anteriores. Por eso vivimos un regreso a la palestra de quienes nunca se fueron: los abuelos. Muchos de ellos han trabajado desde muy jóvenes; muchas de ellas han sido pioneras en la incorporación de la mujer al mercado laboral. Cuando los hijos necesitan su ayuda, se convierten en imprescindibles para la conciliación.

Por supuesto, y esto no lo cambian ni la geografía ni la historia, para sus nietos son un tesoro. Pocas relaciones hay tan armónicas como las de abuelos y nietos, pocos momentos más bellos que los que disfrutan juntos. Sabemos que los niños cuyo contacto con sus abuelos es frecuente disfrutan de estímulos muy valiosos, y que el cuidado de los nietos previene el deterioro cognitivo de los mayores. Pero sabemos también que los abuelos desean disfrutar de su tiempo libre, del ocio, de la cultura y de las oportunidades. Cuando se encargan de los nietos los cuidan con un horario y un desempeño de calidad profesional, pero no remunerada, cuya motivación es el amor. Ojo, el amor que tienen a sus propios hijos.

Necesitamos de los mayores para sentirnos reales, enraizados y queridos; ellos necesitan de nosotros para mantener las ganas de vivir. La abuelidad es una ceremonia sagrada de comunicación interpersonal. Los jóvenes de este vídeo lo reconocen y lo agradecen.

                              PROGRAMA A MI YO ADOLESCENTE- ABUELOS

viernes, 5 de noviembre de 2021

 


En los primeros días del año 2020, la superiora general de las Hermanas de la Consolación me encargó una biografía de santa María Rosa Molas, fundadora de la orden. Acepté sin dudarlo porque ellas son las monjas del colegio donde estudié. La madre Molas, una “mujer dulce y buena que entregó su vida a los pobres”, ya formaba parte de mi vida. Escribir su historia no me parecía difícil. Además contaría con libros sobre ella, documentos de su canonización, testimonios de sus contemporáneos, sus propias cartas y, sobre todo, la biografía publicada por su confesor, el padre Sebastián León. Decidí leerlos de forma cronológica a la vez que escribía, para dejarme sorprender por su vida, como le sucedió a ella. Pronto comprendí que debía emplear sus propias palabras, de sus escritos o recogidas en los testimonios. Y entonces comenzó una extraordinaria aventura que, literalmente, ha transformado mi vida interior. Porque, claro está, yo no conocía a la madre Molas. Ella escapaba de cualquier definición.

Lo primero que descubrí fue cuánto se parecía su tiempo (1815-1876) al nuestro: la desmoralización social y política, la desigualdad de la cual brotaron atroces epidemias. Aún adolescente, vio morir a su madre de cólera, contagiada por las vecinas a quienes había cuidado. Comprendí que aquella experiencia había determinado su camino.

En sus sesenta y tres años de vida, Rosa Molas presenció cuatro guerras. En Reus, su ciudad natal, amaron y perecieron miles de personas, lloraron su soledad muchos ancianos y crecieron sin amparo muchos huérfanos que no entendían los vaivenes de la política sino los más humanos de la alegría y el dolor. Y a aquella muchacha alta, morena, callada e incandescente no le pasaron desapercibidas tantas penas. Ella las vio. Las siguió viendo después, en Tortosa y en todos los lugares a los cuales la condujo esa mirada. Así que se dedicó a abrir las puertas de los hospitales para refugiar a la gente de los bombardeos, a aliviar sin descanso enfermedades, hambre y tristezas, a fundar una nueva orden religiosa. Pero no por ser sin más “una mujer dulce y buena que entregó su vida a los pobres”. Aquella era solamente la imagen visible de una motivación muy profunda. María Rosa contó desde la infancia con una dimensión mística que pasó casi desapercibida porque la mantuvo en silencio. Sin embargo, la profunda unión con Dios, a quien amaba y buscaba absolutamente, impregnó su vida entera. Llegó al más alto nivel de espiritualidad que un ser humano puede alcanzar, y lo guardó en secreto, con la humildad perfecta que es inseparable de ese grado de santidad. Vivió entre personas que necesitaban consolación y cuidado, como nosotros ahora, y respondió.

Menuda aventura para mí la de acercarme a ella hasta el primer plano. Ojalá os guste el resultado impreso.

Este es el fragmento que narra el momento histórico en que ella contribuye a detener el bombardeo de Reus por las tropas de Zurbano (1843).


 El campamento de Zurbano se hallaba situado al sur de la ciudad, junto al camino de Tortosa. De lejos ya lo señalaban el estruendo y el humo. Para llegar hasta él, debían avanzar de cara a los proyectiles y solo contaban con los olivos como defensa. Tardaron casi una hora en conseguirlo pero por fin lo alcanzaron. Los centinelas de la guardia, asombrados por ver salir de entre los árboles a tres religiosas con sus tocas blancas, un sacerdote y cuatro caballeros, los condujeron enseguida a la tienda de campaña desde la que el famoso general dirigía el asedio.

Martín Zurbano contaba cincuenta y cinco años y mil cicatrices de guerra. Era un hombre pequeño de estatura y rudo de carácter, liberal como Prim, que conocía bien los contrastes de la vida. Militar laureado, había nacido en una humilde pedanía de Logroño, de padres labradores. De niño había estudiado en el seminario, pero dedicó su primera juventud al contrabando y la guerrilla. Durante la invasión napoleónica adquirió una fama legendaria en el combate, acrecentada luego durante los siete años de guerra carlista. Los soldados temían su carácter arrebatado, su aura roja de sanguinario, su ferocidad que en el frente de batalla lo transformaba en invencible. Hasta aquel hombre, cuya sola presencia hacía temblar, llegó la comisión de paz decidida a todo. Entraron en su tienda de campaña conducidos por el teniente de la guardia y, donde esperaban encontrar un estado mayor completo, se hallaron frente al general solo, tranquilo y a la vez desafiante. Allí lo tenían, Zurbano en persona, con su uniforme singular de chaqueta corta y lazo al cuello, y su boina alavesa, de los tiempos en que era guerrillero, bien calada hasta las cejas. Los miraba severo, con la fuerza de unos insólitos ojos azules que parecían esculpidos en hielo puro. Al escuchar su enérgico “¿Qué desean ustedes?” los señores comisionados olvidaron los argumentos que llevaban preparados y enmudecieron. La propia sor Estivill comprendió que su fuerte carácter quedaba en nada frente a aquel hombre pétreo. Por reciedumbre, nadie convencería a Zurbano de que abandonara un asedio. Solo podría ser por misericordia. Y fue María Rosa Molas quien, invitada por el párroco, se atrevió a emplear aquella palabra. Habló erguida, conmovida y serena, mecida en las inflexiones de su voz sincera.

-Usted fue niño, general. Quiso a su madre. Por ella, tenga hoy misericordia de la gente sencilla que no puede salvar ni hundir tronos; tenga misericordia de esta ciudad, puesto que ya la ha tomado. A tiro de sus cañones hay ahora mismo muchos inocentes que lloran desesperados. Por la Virgen de la Misericordia, patrona de Reus, haga cesar este castigo. Por favor, denos esperanza.

El fiero militar retrocedió un paso, pensativo, con sus ojos helados fijos en los incandescentes de aquella monja que era todavía una muchacha. Luego se descubrió la cabeza, se disculpó por no haberlo hecho desde el principio, y respondió:

-Esperanza, dice usted, hermana. La Virgen de la Esperanza es la patrona de Logroño, hace tiempo que nadie me lo recordaba. Cuánta devoción le tenía mi madre. Está bien, trocaremos la guerra en paz. Que las milicias salgan de Reus a tambor batiente y banderas desplegadas, que habrá misericordia. 


CONSOLACIÓN

https://libreria.sanpablo.es/libro/consolacion_224002

https://www.casadellibro.com/libro-consolacion-historia-de-la-madre-maria-rosa-molas/9788428561761/12568528





sábado, 30 de octubre de 2021

La camelia




Esta es una camelia, maravilla de Galicia que ya ilumina los jardines de aquella tierra. Crece frondosa en arbustos altos como árboles, cuando el tiempo es frío, con colores extraordinarios, elegante y poética.

Pero no tiene aroma.

¿Pierde belleza la camelia por carecer de esta cualidad? ¿Es menos flor que otras flores?

La camelia me hace pensar en cuántas veces enfocamos la mirada a la carencia del hijo o la hija, a lo que nos gustaría que tuviera y no tiene, mientras pasa desapercibido todo lo que tiene, tantas cualidades.

 También me hace pensar en cuántas veces enfocamos la mirada a la carencia del alumno o la alumna, a lo que nos gustaría que hiciera y no hace, mientras pasa desapercibido todo lo que hace, incluido el empeño que pone en trascender sus circunstancias. Me hace pensar en que con frecuencia nos pasan desapercibidas sus cualidades. Sin embargo, cuando  distingues las cualidades de un alumno, puedes hacérselas ver. Y cuando uno sabe para lo que vale, todo cambia.

A todos nos falta algo. Igual resulta que los seres humanos somos como las camelias.

 

 


sábado, 16 de octubre de 2021

Él respondía de su recuerdo

 



“Un maestro que es amable y comprensivo con sus alumnos siempre se gana la amistad de estos. Yo espero que usted ame a partir de ahora nuestra región, y le tome afecto, porque aquí hay mucho más que “bellotas y cerdos”.

Esto decía una carta, fechada en febrero de 1983, que recibí de uno de mis alumnos extremeños y que aún conservo, maravillada por la seguridad y la sabiduría de un chaval de 8º de EGB, es decir el actual 2º de ESO. Las redes sociales me han permitido comprobar a distancia que aquel muchacho reflexivo es hoy un empresario querido y respetado. Él, a los catorce años, ya se sentía capaz de hacer cosas y por eso las hacía.

Todos los profesores sabemos que una de las claves del progreso de los alumnos es la autoestima. Este concepto, utilizado tantas veces fuera de contexto, implica la capacidad de mirar un objetivo, mirarse a uno mismo y deducir algo tan sencillo como “puedo hacerlo.” La pedagogía ha incidido sobre esa mirada que debe ser a la vez profunda y amorosa. Sin embargo ha olvidado en muchas ocasiones que los activadores de la autoestima - y de la voluntad - son los objetivos referenciales, las metas. Paradójicamente, hoy queremos recuperar las metas educativas pero al revés, convirtiéndolas en banales “resultados”.

Nuestra tarea principal en el aula es mostrar metas que constituyan realmente el punto de inflexión de un camino. No somos como los deportistas olímpicos en una carrera de cien metros, cuya meta debe estar situada siempre, y para todos los corredores, a cien metros de la salida. Las metas escolares deben acercarse lo más posible a lo que cada uno puede dar de sí, porque la autoestima nace de las experiencias de éxito. Sin embargo, muchas veces planteamos la clase como esa viñeta humorística en la que un elefante, un pez y un mono deben superar la prueba estándar de “trepar a un árbol”.

Para que el esfuerzo compense, para que el aprendizaje enamore, para que un alumno pueda comprender qué es lo verdaderamente positivo, para que aprenda el modo de empleo adecuado de la vida, debemos favorecer que cada uno pueda alcanzar su propia meta. La recompensa será la autoestima, en forma de llave que permite transformar los aprendizajes en competencias y los logros en resultados.

A veces nos encontramos también con la baja autoestima colectiva de un aula entera: “Somos los peores del colegio”, te dicen con una sombra de tristeza en los ojos. Tenemos la responsabilidad inmensa, el compromiso ético, de hacer alguna locura con esa “clase peor” que les levante la moral colectiva: una obra de teatro, un programa de radio… Cuanto más ambicioso sea el reto, mejor. Así ellos, ellos precisamente, se sentirán capaces de hacer cosas grandes. Porque la autoestima se refiere a esa moral del ánimo alto cuyo sentimiento opuesto es la desmoralización.

“No se ha ido de Extremadura, pues mientras conservemos algo de cariño hacia usted, seguirá estando aquí.”- me escribía aquel muchacho de Badajoz hace treinta años. Me sigue enamorando la profundidad de la frase, porque para él mi presencia sentimental en aquella tierra no dependía de mi voluntad sino de la vigencia de su recuerdo. Y su autoestima respondía de ese recuerdo. Él sabía que sería duradero.

Por mi parte, nunca te he olvidado, Ramón. Gracias.

 

 

 

 

domingo, 3 de octubre de 2021

Encuentro on line "Aprende y educa", de Up!family



UP!FAMILY ORGANIZA EL ENCUENTRO ‘APRENDE Y EDUCA’ PARA FAMILIAS

  • Se celebrará del 20 al 23 de octubre, en el espacio online de Up!family.
  • Una veintena de expertos en educación abordarán aspectos como la disciplina positiva, la comunicación, la gestión emocional, la educación afectivo sexual, o en autocuidado.
  • Está dirigido a madres, padres u otros miembros de la familia, AMPAS, instituciones educativas y empresas.

Del 20 al 23 de octubre se celebra ‘Aprende y educa’, el primer encuentro online organizado por Up!family –un proyecto de la Fundación Edelvives–, con el objetivo de que las familias con niños y adolescentes entre 0 y 18 años puedan descubrir y compartir conocimientos, recursos y propuestas para aplicar en la educación de sus hijos.

El evento se realizará en la plataforma digital de Up!family y contará con una veintena de ponencias impartidas por expertos pedagogos, maestros y psicólogos, entre los que destacan José Antonio Marina, Marisa Moya, Carmen Guaita, Silvia Álava, Carmen Pellicer o Bei Muñoz, entre otros muchos.

Cómo apuntarse al evento ‘Aprende y educa’ Existen dos modalidades de asistencia al encuentro online: por una parte, el registro gratuito permitirá visionar cada ponencia durante las 24 horas posteriores a su emisión, además de la asistencia al evento que se realizará en directo.

Por otra, el registro VIP incluye: la participación en el streaming; acceso durante tiempo ilimitado a todas las ponencias, tanto en vídeo como en podcast; acceso durante seis meses a Up!family y a la Tribu UP, para que las familias puedan realizar todos los cursos que quieran y compartir sus experiencias con el apoyo de especialistas; y ventajas en servicios prestados por los patrocinadores y colaboradores del evento.


El desarrollo del encuentro se podrá seguir en redes sociales, a través de los hashtags. #UPaprendeyeduca y #tribuUP.

ENLACE PARA APUNTARSE AL ENCUENTRO ONLINE ‘APRENDE Y EDUCA’INSCRIPCIÓN


Qué es Up!family Up!family es un espacio de formación y encuentro para todas las familias que estén interesadas en adquirir y profundizar en los conocimientos y habilidades necesarias para educar a sus hijos hoy.

Este proyecto, perteneciente a la Fundación Edelvives, nació en 2008 de la mano del educador y filósofo José Antonio Marina, basado en su teoría de la educación del talento, y lleva más de diez años apostando por el desarrollo integral del niño.

Este mes de septiembre de 2021, Up!family ha comunicado el inicio de una nueva etapa en esta “universidad de padres”, ampliando la oferta formativa de los cursos e impulsando la Tribu UP, un espacio virtual donde las familias y los especialistas en educación pueden seguir intercambiando experiencias y recursos.

El primer fruto de esta fase es la convocatoria de ‘Aprende y educa’: “En Up!family –señalan los organizadores del encuentro online– creemos que la mejor manera de educar a un niño es desde el conocimiento, fruto de la reflexión. De ahí el título de este evento: ‘Aprende (tú primero) y educa (después)”.


TODOS LOS DETALLES SOBRE ‘APRENDE Y EDUCA’, AQUÍ: HTTPS://UNIVERSIDADDEPADRES.ES/EVENTO-ONLINE-2021

RESUMEN:

  • Qué: Convocatoria del encuentro online ‘Aprende y educa’.
  • Cuándo: del 20 al 23 de octubre de 2021.
  • Dónde: plataforma virtual de Up!family
  • A quién va dirigido: madres, padres y familias en general con hijos entre 0 y 18 años, AMPAS, centros educativos y empresas que quieran ofrecer a sus empleados una formación útil.
  • Temas: cómo mejorar la comunicación con nuestros hijos e hijas, disciplina positiva inteligencia emocional, el cerebro del niño y adolescente, Montessori, gestión de conflictos entre hermanos, prevención del bullying, educación afectivo sexual, establecer hábitos saludables, autocuidado…
  • Ponentes: un total de 24 ponentes expertos en educación, entre los que destacan José Antonio Marina, Marisa Moya, Carmen Guaita, Silvia Álava, Carmen Pellicer o Bei Muñoz.
  • Cómo asistir al encuentro: dos tipos de registro, gratuito y VIP, con diferentes ventajas.
  • Quién organiza: Up!family, escuela online y espacio de encuentro para familias, impulsado por la Fundación Edelvives.
  • Más información:

domingo, 26 de septiembre de 2021

Conversaciones en familia, algunas sugerencias.

 



Cuando dialogamos con los hijos e hijas, nuestra actitud se convierte en un elemento de la mayor importancia para que la conversación transcurra por buen cauce. Por eso es tan importante que nunca nos situemos a la defensiva ante ellos, ni estemos pensando constantemente en qué momento dejaron de ser nuestros preciosos chiquitines. ¿No se nos ha ocurrido pensar que ellos también deben de preguntarse en qué momento dejaron de ser causa de nuestra alegría? ¿No se preguntarán por qué nos hemos convertido en padres que regañan a todas horas? ¿Por qué ya no somos felices a su lado? Sin embargo, seguimos siendo felices a su lado, solo es que se nos ha olvidado decirlo. Por eso debemos hacer un repaso general a algunas actitudes que se explican a sí mismas. 

Podemos basar la comunicación con nuestros hijos en:

Advertencias: “No te has dado cuenta de la que te va a caer como no recojas la habitación.”

Culpas: “Si fueses ordenada no estaría así la casa.”

Amenazas: “Si no recoges, no sales. No hay más que hablar.”

Ofensas: “Eres caótico, el desorden en persona.”

Futurología: “Serás un desastre toda la vida.”

Victimización. “¿No ves todo lo que hago por ti? ¿Qué más quieres?”

Sermones: Aquí imaginemos un párrafo muy largo, en el cual se desgranen un montón de consejos que se resumirán en una sola frase: “Mira qué bien lo hago yo todo.”

Órdenes: muchas, constantes, y a causa de ello, contradictorias.

Comparaciones: con la hermana, con el hermano, con nosotros de niños, con el vecino del quinto, con ellos mismos a los cuatro años…

Sarcasmos: “¡La mejor amiga! ¿Qué sabrás tú de eso?”

Estas disfunciones son inevitables y todos caemos en ellas. El problema surge cuando se repiten, cuando se nos pasa un día y otro sin salir de ellas ni haber aumentado la calidad de la comunicación. Si estuviésemos en su lugar también saltaríamos como un resorte o terminaríamos desconectando. Quien no sale nunca de esta forma de hablar con los hijos, daña gravemente la comunicación. Si empleamos toda nuestra artillería para abordar, por ejemplo, “la habitación desordenada”, las palabras de corrección estarán desgastadas cuando lleguen asuntos más graves. Y si somos habitualmente demasiado autoritarios o demasiado permisivos, lo seremos en todo.

Desde luego, una de las formas más poderosas de comunicación es la conversación. A todos nos gustaría mantener conversaciones fluidas, divertidas, íntimas y amables con nuestros hijos, sobre todo con los adolescentes. Pero en ocasiones ellos parecen sufrir una "alergia" a nuestra presencia. Nos quieren muchísimo- nunca lo dudemos-, desean estar con nosotros, sentirse aceptados e importantes en casa, pero a veces no quieren conversar sino ser escuchados. Cuidado, porque a nosotros nos suele pasar exactamente lo mismo: enfocamos las conversaciones con ellos como oportunidades que tenemos para opinar, orientar, aconsejar o mandar. Rara vez para escuchar y animar.

¿Cuáles pueden ser temas interesantes para iniciar una conversación en familia? Pues, aunque no nos lo parezca, todos los de actualidad, de los que desde muy pronto están enterados y sobre los que tienen una opinión formada, mientras nosotros los seguimos imaginando en el país de las hadas. Por ejemplo:

·                    Asuntos de la marcha de la familia: vivienda, vacaciones, economía, nuestro trabajo (no nos ven trabajar y les interesa mucho), enfermedades de familiares, estado de los abuelos...

·                    Los valores morales, la religión y la política.

·                   Todo lo que concierne a nuestras emociones y vivencias de padres. Hablan mucho de nosotros con sus amigos, igual que nosotros hablamos de ellos con los nuestros.

·                    La situación de justicia o injusticia en el mundo.

             La actualidad social y política.

·                    El deporte, los amigos, las aficiones compartidas o las suyas propias.

Para estimular el diálogo conviene hacer uso de frases abiertas con las que demostremos interés: pedir que nos expliquen algún concepto, preguntar el porqué. Las preguntas directas, sin embargo, se parecen demasiado a nuestros “interrogatorios de regreso del cole”, y no son un buen recurso para comenzar y mantener una conversación.

Estos son algunos trucos para comenzar una conversación (se omite, por obvio, que nosotros mismos debemos estar alejados y desinteresados del móvil).

·                    Podemos comenzar contándole cómo ha sido nuestro día

·                    Transmitirle cómo es nuestro estado de ánimo en ese momento

·                    Pedirle algún consejo sobre algo que nos haya pasado

·                   Generar un entorno que propicie la comunicación: alrededor de la mesa, a la hora en que ya hemos terminado las tareas, en un desayuno tranquilo de domingo, o en un paseo por la naturaleza, que es un entorno prácticamente infalible.

·                    Si le ha pasado algo en los días anteriores, preguntarle cómo sigue todo.

Iniciar el diálogo de forma muy abierta, como: “¡Qué mal día he tenido hoy! ¡Seguro que el tuyo ha sido mejor! ¡Cuéntame algo que me anime, anda!”

Y cuando la conversación ya está en marcha, debemos hacerles sentir que disfrutamos de estar con ellos y respetamos lo que dicen. Conviene que tengan confianza en nuestra discreción, así que no vamos a colgar inmediatamente nuestra foto juntos en una red. Debemos hacerles sentir que también nosotros aprendemos cosas de ellos y que los comprendemos.

La conversación en familia es un tesoro y hace brotar otro: el de conocernos y convivir.