Un profesor
me escribe para decirme que no entiende cómo el sindicato ANPE no ha secundado
la huelga general y me dice que resulta difícil creer que quien toma esa
decisión no está a las órdenes del Gobierno.
Su mensaje
me ayuda a reflexionar. ¿Debe un sindicato secundar una huelga convocada por otros solamente para justificar que es un sindicato?
Desde el más absoluto respeto a quienes no lo crean así, en ANPE creemos que la huelga general, una herramienta sindical y social extrema, no debe usarse con ligereza.
De hecho, ANPE tampoco convocó ni secundó la huelga general convocada el pasado mes de septiembre contra el Gobierno del PSOE y sí hemos convocado y secundado las huelgas del profesorado contra los recortes educativos en Madrid, Castilla- La Mancha y la Comunidad Valenciana, contra gobiernos del PP.
Compartimos la preocupación de todos los ciudadanos por los efectos de la reforma laboral y sabemos que nos afecta a todos, pero nos hubiera parecido mejor - como actitud sindical más coherente y que hubiéramos podido ratificar- proponer un plazo al Gobierno para demostrar que estas medidas crean empleo y que el control del déficit va a incidir sobre la enorme cantidad de gastos superfluos y duplicidad de administraciones, incluyendo – claro que sí- las subvenciones a los sindicatos y a los partidos políticos. Si en nueve meses –o el plazo que se decidiera- no se hubiesen visto los resultados positivos de estas medidas, todos los ciudadanos podríamos y deberíamos paralizar el país.
Pero tal como están las cosas, tenemos serias dudas de que esta huelga general no incluya el mantenimiento de un statu quo para las centrales sindicales,de que sea un aviso y no una respuesta.
Como toda
organización humana, en ANPE hay personas de distintas opiniones y creencias. Entre
nosotros debe de haber muchos votantes del PP, claro que sí, pero también los hay del PSOE, de UPyD y de
otros partidos. ¿Y qué? Es cómodo pensar que todos los sindicatos son dependientes de los partidos porque los dos más famosos lo son. También es cómodo para los partidos pensar en términos de "sindicato afín" pero esto pervierte la democracia.
La
independencia de ANPE es real. No se trata solamente de que yo crea en ella, es
que he llegado a la vicepresidencia de esta organización y nunca me ha
preguntado nadie a quién voto en las elecciones. Esta particularidad no les
parece relevante mientras yo acepte trabajar por y para los profesores. Sé de
esta independencia porque en estos años he tenido la oportunidad de decirles a los ministros
Cabrera, Gabilondo y Wert las mismas
cosas.
Pero por supuesto la independencia no es un absoluto sino una meta por la que trabajar, rechazando toda tentación de perderla. Y en el camino se cometerán siempre errores.
Mañana
llegan los nuevos presupuestos generales y tal vez tengamos muchos motivos de
protesta.
Nos oirán.
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