El Consejo Escolar del Estado acaba de aprobar por unanimidad una resolución presentada por ANPE exigiendo a las administraciones educativas que den a conocer la verdadera
cualificación académica y profesional de los docentes, ahora puesta en
entredicho por un informe sobre las oposiciones al
Cuerpo de Maestros del año 2011, con datos parciales y sin
rigor técnico, que se ha difundido de manera irresponsable. Este
informe ha sometido al escarnio público a toda la profesión docente y ha
abierto una polémica social que desacredita al conjunto del profesorado español
de todas las redes de enseñanza incluida la universidad.
El Consejo Escolar del Estado elevará al Ministerio de Educación
la solicitud de datos referidos a la formación académica inicial y continua del
profesorado de la enseñanza pública. Estos datos mostrarán de manera fehaciente
que hay decenas de miles de profesores de todos los niveles educativos que
poseen, además de las titulaciones específicas de acceso al cuerpo docente, una
o varias titulaciones universitarias más, incluyendo másteres y doctorados;
están acreditados en idiomas, tienen formación en las TIC, participan
continuamente en programas de formación, innovación y mejora, y acreditan continuamente su solvencia profesional.
Como sabe
bien la administración, los docentes de la enseñanza pública son, junto a los
sanitarios, los profesionales que reciben más formación y están en permanente
actualización. Los datos objetivos que lo demuestran están en poder de las
administraciones educativas y deben mostrarse a la sociedad. Es
necesario contrarrestar el efecto demoledor de un informe que, para justificar
nuevos recortes, lesiona gravemente la confianza de las familias en los
profesores de sus hijos y, por ende, en la escuela, uno de los pilares de la
sociedad. Este agravio al que algunos dirigentes políticos están sometiendo a
los docentes es más injustificado aún ahora que los españoles, en la última
encuesta del CIS, han demostrado su confianza en el profesorado reconociendo la
docencia como la segunda profesión más valorada.
Los profesores españoles hemos
tenido congelados los sueldos durante décadas mientras se derrochaba el dinero
público; cuando hubo que ajustar ese gasto, se nos recortaron los derechos
laborales y retributivos y para justificarlo, se nos llamó privilegiados; cuando quisieron despedir a un número sustancial de
profesores interinos, aumentaron el horario lectivo y las ratios, y para
maquillar la pérdida de miles de puestos de trabajo se nos llamó vagos; ahora, cuando quieren ahorrarse
los sueldos de los interinos con más años de experiencia, se eleva una anécdota
al nivel de categoría y se llama incompetente
a una profesión entera. Sin embargo, los docentes – que jamás han sido
privilegiados, salvo en desempeñar la más bella de las profesiones- tienen
enorme capacidad de trabajo y vocación de servicio. Trabajan conscientes de que
nunca van a enriquecerse con la docencia y sin embargo se vuelcan en su
perfeccionamiento profesional fuera del horario laboral.
Hemos iniciado, con esta solicitud a la administración,
una campaña por el reconocimiento social de la profesionalidad de los docentes
que denominamos LA VERDAD DE LA PROFESIÓN DOCENTE. Forma parte de ella esta encuesta en la que te animo a participar:
En el marco actual, en proceso de elaboración de una
nueva reforma educativa y ante el Estatuto, la política del profesorado debe ser prioritaria para
las administraciones, pero no habrá ninguna mejora posible para la educación en
España mientras no se reconozca y valore la verdadera profesionalidad de los
docentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario