Hoy, 5 de octubre, Día Mundial de los Docentes quiero colgar aquí mi propio Manifiesto por la Educación.
Vivimos un tiempo de cambio en los paradigmas históricos y económicos, abierto a un futuro lleno de interrogantes. En este momento crucial ha llegado, sin duda, la hora de la educación. Debemos situarla en el eje de las prioridades políticas, sociales, ciudadanas y familiares, porque sólo ella puede hacer efectiva la igualdad de oportunidades, convertirse en herramienta de progreso y ofrecer perspectivas a la gente joven.
Si hay alguna tarea que desempeñar, es la educación.
Si hay algún camino que recorrer, es la educación.
Si hay alguna herencia que ofrecer, es la educación.
Si hay alguna riqueza que explorar, es la educación.
Si hay alguna manera de cambiar las cosas, es con la educación.
Si hay algún sueño que dure siempre, si hay algún camino para la libertad y la justicia, es el de la educación.
Porque la educación salta barreras, une fronteras, descubre tesoros y proyecta esperanzas. Nos construye, nos enriquece y nos da libertad para mejorar el mundo.
La educación cambia la vida y anuncia el futuro.
La educación es el futuro.
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