En apenas un mes he tenido
ocasión de asistir a dos eventos que me parecen de enorme importancia: la
presentación de la plataforma Acción Magistral, que ha puesto en marcha la
Fundación de Ayuda contra la Drogadicción; y la entrega de premios de la asociación
Mejora tu Escuela Pública.
Acción Magistral es una
iniciativa pionera, un foro abierto a los docentes más innovadores y más
motivados, para que puedan poner en común sus experiencias, girando en torno a
la educación en valores, tal como inspiran los Premios Acción Magistral de la
FAD. Va a convertirse en un lugar de intercambio y de comunicación con un
denominador bien claro e implícito en su nombre: para docentes activos y con la
consciencia de lo magistral, es
decir, del compromiso ético con la excelencia profesional. La Plataforma Mejora
tu Escuela Pública, en crecimiento imparable, ha premiado una vez más las
buenas prácticas en centros públicos. Los premiados son también activos y
magistrales.
Ambas iniciativas llegan a su
hora. Y es que esta es la hora de la profesionalidad, en el sentido moderno del
término. La hora de que la base de conocimientos de cada docente, su motivación
y su implicación en la tarea que desempeña se una a muchas otras, para
configurar centros educativos de hoy. Frente a la tradición del individualismo
de la escuela decimonónica, la configuración actual de la sociedad – en red-
nos obliga a una nueva concepción de la docencia, como una profesión en la que
es imprescindible la relación enriquecedora con los demás, no solo para la
transferencia de conocimientos sino para encontrar una fuente de motivación y
de aliento en la motivación y el aliento de los demás. Los profesores no vamos
a poder ser nunca más burbujas aisladas en especialidades o departamentos sino que
seremos miembros de comunidades donde se comparten experiencias, se aprende de
los otros y se establecen conexiones. Como afirmó el presidente del Consejo
Escolar del Estado en la presentación de los premios de MEP: “Esta es la
concepción moderna de la tarea docente, aquella en la cual desde la propia
profesión se reconoce la buena práctica, y en la cual son los propios
profesionales quienes regulan su consideración de lo que es una buena práctica
docente”.
En este momento de desolación, el
futuro de la educación está, más que nunca, en manos de sus propios
profesionales. Y si esto es aplicable a todos, se convierte en prioridad para
la enseñanza pública. Ante una situación de alto riesgo para el futuro de esta
red fundamental, quienes trabajamos en ella y por ella debemos hacer un
esfuerzo por abandonar el individualismo. Es la hora de los centros.
Necesitamos fortalecerlos como institución de cultura en su entorno; trasladar
a ese mismo entorno todas las cosas buenas que hagamos dentro- y que se nos
olvida contar mientras nos ahogamos en lamentos.
Es la hora de que cada docente se
sienta parte fundamental de su claustro, responsable de su centro, implicado y
comprometido con él. Animo a todos los
que quieran mejorar su escuela pública y comprendan el significado de las
palabras “acción” y “magistral”, a conocer estas iniciativas y tantas otras
como están surgiendo. Porque la hora del trabajo en red de los docentes es ahora
mismo, ya.
Podéis informaros en:
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