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Bienvenidos a esta sala de profesores. Gracias por compartir conmigo las ganas de pensar sobre educación.



jueves, 22 de julio de 2010

LOS MODELOS

“Las cifras de audiencia son mi ética; que suban es mi único mandamiento.”
Paolo Vasile, director de una cadena de televisión.

En el proceso educativo actúan tres agentes principales que presentan a los niños y adolescentes modelos de conducta, valores. El modelo familiar, en el que uno nace, es la primera y principal referencia. Los hábitos saludables, la autoestima, la ética individual, que te hace responsable de tu carácter, tienen su ámbito natural en la familia. Más tarde entra en juego el modelo social que representa la escuela. La dinámica escolar educa en la convivencia, la ciudadanía y la cultura, pero sólo puede transmitir parcialmente valores como la responsabilidad, la austeridad o la disciplina, y difícilmente puede actuar ante la disminución del tiempo de convivencia familiar o la dejación de las responsabilidades paternas.

En estos momentos de cambio social, es importante transmitir a los jóvenes una escala de valores bien establecida, sobre la que puedan construir su propia escala personal. Sin embargo, esta tarea, eminentemente educativa, precisa de la convicción de los poderes públicos sobre la importancia de la educación para el futuro, del compromiso de los padres ante su derecho y su deber de educar, y del rechazo de los ciudadanos hacia los modelos de conducta que presentan muchos programas de televisión. Porque los medios de comunicación son el tercer, y cada vez más influyente, modelo educativo. Pero nosotros, con nuestra inapelable libertad para aceptar o rechazar lo que nos ofrecen, somos la audiencia.

Por cierto, la televisión pública anuncia el aumento de su franja horaria de protección a la infancia. Buena noticia.

1 comentario:

  1. He releído por enésima vez "Un mundo feliz" este verano. No deja de enseñarme cosas. No dejo de sorprenderme de ver que vamos hacia donde apuntaba Aldous Huxley. Y no será un mundo feliz. Yo no quiero ser feliz por decreto, no quiero ser feliz según los mandamientos de la moda imperante. Reclamo el derecho a luchar, a esforzarme, a fracasar. A elegir. Asumo a mis amigos y a mis enemigos, asumo unos valores que son como piedras viejas y que pueden estar equivocados, pero son los que tengo después de mucho meditar. Asumo que me equivocaré. Y cargaré con las consecuencias de mis errores.
    No estamos ante un cambio social, sino ante una demolición del orden establecido, y ya nada será igual. Estoy un poco pesimista, debe ser que ya no sale Georgie Dann con sus cosas veraniegas. Os deseo un feliz y suave aterrizaje en la realidad postvacacional. Tal vez haya suerte y el legislador se tome vacaciones, largas vacaciones...
    Santiago de Teruel

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